jueves, 28 de enero de 2016

PIERNA DE CORDERO AL HORNO



INGREDIENTES : 

 1  Pata de cordero 

 4-5 dientes de ajo
 300 ml de vino blanco


 300 ml de agua
 150 ml de aceite de oliva virgen
 Sal
 Pimienta negra molida
 Orégano
 Tomillo
 Romero



ELABORACION : 

Antes de preparar la pata de cordero, la vamos a lavar bien bajo el grifo, la escurrimos y secamos bien y después la salpimentamos bien por todos lados y la colocamos sobre una bandeja metálica del horno. Aprovechamos para poner el horno a precalentar a 180ºC, con el calor activado arriba y abajo, así lo tendremos bien caliente en cuanto acabemos la receta. Y en un recipiente en el que podamos batir vamos a echar los ajos pelados, el vino blanco, el aceite, el agua y orégano, tomillo y romero al gusto, y batimos todo hasta que quede una mezcla homogénea. 

Colocamos la pata de cordero salpimentada sobre la bandeja elegida, y por encima vertemos la mitad de la mezcla que hemos preparado, de forma que la carne quede bien impregnada y quede una buena cantidad en la bandeja. Una vez el horno haya alcanzado la temperatura elegida, metemos la bandeja con nuestra pata de cordero en la parte central y vamos a hornearla sobre 25-30 minutos por cada lado. Cuando le demos la vuelta vertemos el resto de la salsa que batimos antes, para que el sabor se reparta por cada lado. 

Nos debe quedar la pata de cordero bien asada por todos lados, de forma que la carne se despegue del hueso fácilmente, pero sin llegar a quemarse. Seguramente tras el tiempo indicado no esté aun en su punto, por lo que iremos volteando la misma hasta que por los dos lados esté bien horneada. Si quieres puedes darle un último golpe de calor con el grill, para que quede bien doradita. Cuando esté lista para servir, apagamos el horno y dejamos la pata unos minutos en la bandeja dentro del mismo, con la puerta abierta, y después la servimos en caliente para disfrutar de todo su sabor.


CONEJO AL AJILLO


INGREDIENTES

1 conejo de 1 kg 
10 dientes de ajo
3 ramas de perejil fresco
2 ramitas de tomillo
8 granos de pimienta negra
1 limón
Sal y pimienta negra de molinillo
Azafrán de hebra (opcional)
Aceite de oliva virgen extra








ELABORACION :

Lava el conejo, limpia las impurezas, sécalo y trocéalo. Sazónalo con sal y pimienta.

Calienta en una olla o sartén aceite suficiente y fríe los trozos por tandas hasta que estén bien dorados por fuera y por dentro (unos 18-20 minutos). Retira para una fuente y cubre con papel de aluminio para que no se enfríe o guárdalo en el horno a baja temperatura para mantenerlo caliente.

Una vez frito el conejo, quita el aceite sobrante, dejando solamente 4 cucharadas. y dora 8 dientes de ajo cortados (cuida que no se quemen porque amargan). Apaga el fuego. Reserva.

Majar en un mortero los 4 dientes de ajo restantes, un poquito de sal, los granos de pimienta, el perejil y el tomillo cortados a tijera y el azafrán, Añade el zumo de limón y mezcla todo bien hasta formar una pasta, añade un poco de agua.

Pon otra vez la sartén al fuego, añade el majado del mortero, remueve la sartén con movimientos de vaivén para conseguir que liguen bien todo. Se formará una salsita, si ves que no liga bien puedes añadir media cucharadita de postre de harina y revolver hasta que veas una salsita espesita.

Sirve el conejo en fuente y salsea.


PIZZA TRADICIONAL ITALIANA


Los grandes maestros de la pizza cuidan mucho la calidad de las harinas, incluso muchos las importan directamente de Italia para asegurarse los mejores resultados. A nosotros no nos hace falta llegar a ese extremo pero conviene cuidar qué harinas vamos a comprar, pues las diferencias de calidades influyen mucho en el resultado final, al igual que con cualquier pan.
Una harina rica en gluten, las llamadas de fuerza o de panadería, permiten el crecimiento de la masa en el horno y son más fáciles de trabajar, si se respetan sus reposos. Las de todo uso, más flojas al tener menos proteínas, hacen que la masa sea más tierna y suave, aunque tienden a romperse si se manipulan demasiado. Podemos sustituir un 10% de la harina por una integral para darle un toque rústico.
Muchos expertos prefieren harinas de gran fuerza que necesariamente hay que dejar reposar durante 24 horas o más para lograr una consistencia elástica y maleable, lo que además influirá en el sabor final. Peter Reinhart recomienda probar y encontrar la combinación de harinas que más covenza a cada uno, apostando mejor por variedades sin blanquear y de molienda fina.
Puedes usar levadura seca de panadería o fresca, normalmente la receta indicará las proporciones. La seca es más fácil de medir, de mezclar y de almacenar. El agua también influye en el sabor final de la masa, es mejor utilizar agua mineral natural para asegurarnos que no habrá ningún sabor extraño que pueda afectar a los aromas. Y si usas aceite, que sea un buen virgen extra.
PREPARAR LA MASA : 

Prepara una superficie de trabajo limpia y despejada y ten a mano todos los ingredientes y utensilios que vayas a necesitar, con todo ya pesado y comprobado. Tras haber leído varias veces la receta, empieza a elaborar tu masa, sin prisas. El primer paso suele ser simplemente mezclar todos los ingredientes hasta tener una masa homogénea, húmeda, sin amasar. Tapa con plástico film – o con un gorro de ducha – y deja reposar a temperatura ambiente o en la nevera, según se indique.
Lo habitual antes de retardar la masa en la nevera es dejar reposar entre una y tres horas en la cocina, menos tiempo cuanto más calor haga. En verano, en lugares cálidos, mejor limitar el tiempo sólo a una hora. Coloca la masa en la parte media o baja de la nevera, alejada de productos con olores fuertes que puedan afectarla. Podrás hacer pizza al día siguiente o guardar la masa hasta cinco jornadas más. Recuerda sacarla al menos una o dos horas antes de seguir con el proceso.
Para manipular y amasar es recomendable usar las manos, y sí, nos ensuciaremos. Es parte del encanto de la experiencia de la pizza casera. Aunque parezca demasiado húmeda, no conviene añadirle mucha más harina; podemos humedecernos las manos con agua fría. La masa de pizza tiene que ser algo pegajosa.
Una vez formadas las porciones en forma de bolas, se dejan reposar a temperatura ambiente en la superficie de trabajo enharinada. En este punto podemos congelar las porciones de forma individual, y sólo habrá que acordarse de descongelarlas en la nevera la noche antes.
Para estirar la masa y dar forma a nuestra pizza es aconsejable prescindir del rodillo. Si te animas a emular a los maestros pizzeros, enharínate las manos y desliza la masa sobre los puños, estirándola con cuidado mientras giras las manos. Una vez estirada, lánzala hacia arriba y vuelve a recogerla con los puños. O simplemente estírala empujando la masa del centro a los bordes, formando un disco.
LA COBERTURA : 

Aprovecha los tiempos de fermentación finales para tener listos todos los ingredientes de la cobertura, cortados y preparados, según su caso. Recuerda que menos es más: no caigas en el error de llenar tu pizza de ingredientes distintos. También la calidad de los productos es esencial para conseguir los mejores resultados.
Casi todas las pizzas tienen una base de tomate, aunque también hay opciones blancas. Puedes usar totame natural, mejor estilo pasatta italiana, o tomate troceado bien escurrido. Otra opción es usar una buena salsa casera de tomate, siempre dejando una capa muy fina. Distribuye el resto de ingredientes sin sobrecargar, y culmina con un buen queso fundente de calidad. Vegetales como la rúcula o la albahaca fresca corren el riesgo de quemarse y es recomendable añadirlos una vez ya horneada.
HORNEADO : 
El horno tendrá que ser precalentado como mínimo 45 minutos antes de introducir las pizzas, y siempre al máximo posible de temperatura, con una bandeja o piedra de hornear dentro. También puedes optar por hornear directamente sobre la resistencia en la base del horno, prescindiendo de bandejas. La máxima temperatura es esencial para obtener una masa perfecta.
Si usas una bandeja, sácala con cuidado de no quemarte y enharínala ligeramente. Usando una pala de panadería o una hoja de papel de hornear con un poco de semolina o harina, desliza la pizza sobre la bandeja, piedra de hornear o sobre la base. Cierra el horno y espera tres o cuatro minutos. Sube la bandeja a la parte alta y hornea unos tres o cuatro minutos más, vigilando bien que no se queme. Espera unos minutos fuera del horno antes de empezar a cortar para servir.

SALMOREJO CORDOBES


INGREDIENTES : 
1 Kg de tomates
200 Gr. de pan de telera cordobes o pan con buena miga
250 Gr. de aceite de oliva V.E.
1 diente de ajo
1 cucharadita de sal




ELABORACION :
Para hacer el salmorejo, me gusta ir mezclando los ingredientes paso a paso para así conseguir la textura perfecta. Comienzo lavando los tomates, retirando lo verde del pedúnculo y triturándolos. No es necesario pelar ni quitar las pepitas porque después paso el puré de tomate por un colador fino donde se queda todo pasando solamente el tomate.
En un bol coloco el pan y lo cubro con el puré de tomate dejando que se impregne durante unos diez minutos. Pasado ese tiempo, incorporo el diente de ajo y trituro bien con la batidora o con la Thermomix y obtengo una crema espesa de pan y tomate. La proporción de pan que yo uso es estupenda para esta textura, pero podéis variarla en función del agua que tengan los tomates que utilicéis y de lo consistente que sea la miga.
A continuación incorporo el aceite de oliva virgen extra. Un buen salmorejo se debería hacer siempre con aceite de la zona de Córdoba, por lo que si podéis, cualquier variedad de la D.O. Priego de Córdoba es la idónea, pero en todo caso, si no tenéis de allí, utilizad un buen aceite de oliva virgen extra que conseguirá la emulsión perfecta y un resultado cremoso y espeso.
Tras echar el aceite volvemos a turbinar todo en el robot de cocina o a base de batidora y paciencia hasta que nuestro salmorejo sea uniforme, con un bonito color anaranjado y suficientemente compacto como para aguantar sobre su superficie los tradicionales tropezones de guarnición con los que se decora cada ración.
DEGUSTACION : 
La receta de salmorejo tradicional es excelente para tomar a todas horas. Resulta excelente como aperitivo, y también es un delicioso primer plato. Si lo hacéis bien espeso, es muy saciante por lo que un pequeño cuenco será suficiente. Sirve siempre el salmorejo con unas tiritas de buen jamón, huevo duro picado y unas gotitas de aceite de oliva virgen extra.

FABADA ASTURIANA

INGREDIENTES:
450 Gr. de fabes de la granja
1 Cebolla grande
2 Dientes de ajo
2 Chorizos asturianos
2 Morcillas asturianas
200 Gr. de lacon salado
200 Gr de tocino
1 Hoja de laurel
3 Cucharadas soperas de aceite V.E
1 Cucharadita de pimenton dulce
Sal

ELABORACION:
La noche anterior comenzaremos dejando las habas en remojo en un recipiente grande pues crecen bastante, por otra parte en otro bol pondremos a desalar nuestro lacón.
Al día siguiente echamos las habas en una olla de fondo grueso, añadiremos los dientes de ajo, la cebolla entera pelada, el aceite de oliva, la hoja de laurel y la cucharadita de pimentón, cubriremos con agua, mejor mineral, hasta dos dedos por encima de nuestras habas, dejando que lleguen a la ebullición y cortando la cocción con un chorro de agua fría. Esto es lo que se dice “asustar les fabes”,operación que repetiréis a lo largo de la cocción otras dos veces más.
Mientras, lo que yo hago habitualmente, es en otra olla pequeña darle un hervor por separado a la carne, esto hace que sobre todo la morcilla para que suelte parte de su grasa y no nos quede con tanta al final la fabada, este paso es totalmente prescindible, si no os importa el exceso de grasa ese día, añadiréis toda la carne a la olla donde se cuecen las habas una vez que las hayamos asustado.
Seguir cociendo a fuego medio-bajo durante tres horas aproximadamente, desespumando si es necesario y observando que no se quede seca, en el caso de ser así, vais añadiéndole pequeñas cantidades de agua caliente, bien sola o bien de la olla donde en un principio habíamos escaldado las carnes, acordándose otras dos veces de asustar la fabada con agua fría a lo largo del tiempo de cocción.
Justo cuando las habas ya están cocidas y ha pasado el tiempo, comprobar la sal y añadirle la que necesite, dejando cocer la fabada unos minutos para que la sal se incorpore. No echarla al principio sino en este momento.
DEGUSTACION: 
Como podéis comprobar la receta de fabada asturiana al estilo tradicional no tiene grandes secretos, solo la calidad de los ingredientes que es la que nos va a marcar el resultado final. A la hora de servirla separar la carne en trozos a una fuente. Si queréis, podéis retirar la cebolla y los dientes de ajo, o bien si preferís el caldo más espeso podéis triturar parte de ella con un poco del líquido y añadirla de nuevo a la fabada.

MIGAS DE HARINA

INGREDIENTES (para 4 personas)

1kg.de harina
1 litro y medio de agua
2 dl de aceite de oliva V.E.
4 dientes de ajo
Sal


ELABORACIÓN: 
Ponemos en una sarten amplia el aceite. Cuando esté caliente se echan los ajos, se pueden partir por la mitad, yo los echo enteros para que no se me rompan.


Mientras que se frien los ajos, preparamos en un bol la harina medida, y en otro recipìente el agua también medida.

Cuando los ajos esten empezando a dorarse, le echamos un puñado de harina al aceite, así cuando echemos el agua nos saltará menos. Enseguida echaremos el agua dentro de la sarten. 
Los ajos no es necesario quitarlos, puesto que quedan muy ricos, pero para los que no les gusta, éste sería el momento de quitarlos para que no se rompan.




Dejamos que el agua empiece a hervir y en ese momento añadimos la sal, y vamos poniendo la harina poco a poco y sin dejar de mover con una pala plana, integrando el agua con la harina.



Mas o menos quedan así, y ahora empieza el trabajo duro, hay que moverlas y moverlas durante un buen rato, de ésto dependerá el resultado. Hay que procurar que no queden grumos, y con la pala tenemos que ir deshaciendo todas las pelotas que queden.


A media cocción le quitamos fuego y seguimos moviendo. Esto hará que se hagan más rápido.





Aquí aún le quedan grumos, y aquí ya terminadas:



Las migas se acompañan de pescado asado, tomate con sal, pepino con vinagre, pimientos fritos, pimientos asados, bacalao crudo y frito desalado, longaniza, tocino y morcilla fritos, habas y guisantes tiernos, gazpachos, etc. en cada casa hay unas costumbres diferentes.

COCHINILLO AL HORNO



INGREDIENTES:

1 Cochinillo
1 Vaso y medio de Agua
200 Gr. de manteca de cerdo fresca
4 Dientes de ajo
Sal gorda al gusto
3 Hojas de laurel
1 Cucharada de tomillo y oregano

ELABORACION: 

ANTES DE HORNEAR

Compramos 1 cochinillo segoviano de entre 4,5 kilos y 5,5 kilos aproximadamente. Que tenga la marca de Garantía de Segovia y os lo den limpio y abierto por la mitad, desde la cabeza hasta el rabo. 
Pelamos los dientes de ajo y los picamos en trocitos muy pequeños. Los mezclamos con la manteca, sal gorda, tomillo y orégano. También podemos machacar el ajo hasta que quede como una pasta y mezclar con el resto de los ingredientes, esta pasta es más fácil de manipular que la anterior. Si lo preparamos el día anterior irá cogiendo sabor y potenciará su efecto en el cochinillo.
Precalentamos el horno a 150º durante una hora y mientras vamos untando el cochinillo con una brocha de silicona por dentro (toda la parte de las costillas) con la mezcla preparada anteriormente y lo colocamos en una bandeja de horno (si tenemos una fuente grande de barro mucho mejor). La parte de la piel debe quedar hacia arriba.
Añadimos a la bandeja o fuente el vaso de agua y las hojas de laurel en la parte de abajo, sin mojar la piel del cochinillo. Derretimos la manteca de cerdo a temperatura baja durante 2 minutos en el microondas.
Pinchamos la piel y la cabeza con una aguja o tenedor y lo untamos con la manteca de cerdo previamente fundida. Es muy importante pincharlo para que no se formen bolsas de aire y la piel quede bien crujiente.


HORNEADO DEL COCHINILLO 
Metemos en cochinillo al horno a 150 º C en la parte central con temperatura arriba y abajo durante una hora aproximadamente, regando a menudo con la grasa y jugo que vaya soltando. Dejamos el cochinillo en el horno sin darle la vuelta durante una media hora más con la misma temperatura. Si vemos que la fuente o bandeja se queda sin agua durante el horneado tenemos que añadir una poquita más, pues el cochinillo necesita esa humedad para hacerse bien.
Para conseguir ese crujiente y doradito genial de la piel de cochinillo subimos el horno a 190º durante otros 15-20 minutos. En total el cochinillo debe estar en el horno casi 2 horas.
Retiramos del horno. Troceamos el cochinillo y pasamos el jugo de la fuente a una salsera. La salsa es para mojar con un buen pan castellano o para mezclar con la carne. No se la echéis a la piel crujiente que tanto nos ha costado conseguir puesto que lo único que conseguirás es ablandarla.